La luz incidente es un bello ejercicio de estilo de Ariel Rotter, sobre una joven de buena posición social que sobrelleva como puede los efectos de haber perdido a su marido en un trágico accidente. Fina, levemente artificiosa en su construcción, levanta su pequeña historia sin pasarse de ingredientes en la reconstrucción de ambientes refinados y examina con simpleza roles sociales en los años ’60. Con momentos visualmente sorprendentes (el encendido de las luces de un estadio con el que un cortejante de la protagonista parece desenvolver un regalo para deslumbrarla), elegancia en los encuadres y movimientos de cámara, contención en los actores (excelentes Erica Rivas, Susana Pampín y Marcelo Subiotto), buena música y atinadas dosis de ambigüedad y sutil humor, se percibe en La luz incidente una vocación por la belleza que, sin embargo, no le impide comprometer afectivamente al espectador, intrigarlo, dispararle preguntas.