Promediando La luz incidente, la cámara se posa en el rostro tenso del personaje de Érica Rivas mientras baila el vals con su flamante marido. Algo no anda bien, y es inevitable retrotraerse al episodio de Relatos Salvajes (2014) en el que la actriz dinamita su propia boda. Pero hubiese resultado una estridencia que no cuajaría con una película donde el dolor y el malestar se cocinan a fuego lento durante todo el metraje.