Basada en hechos reales, la película de Eslovaquia y República Checa funciona como una impresionante muestra de corrupción, sojuzgamiento, abuso de poder y la capacidad de denuncia venciendo al miedo. Una historia local que permite hurgar en los mecanismos de una sociedad, cualquiera, que en este caso esta ubicada en l983, en la ultima década del comunismo, pero es inteligente y suficientemente universal como para juzgar el comportamiento humano frente al exceso de autoritarismo e inmoralidad. Una maestra, formal y educada, se presenta ante su nueva clase. Ya ha investigado a sus alumnos y familias, pero cuando toma lista chequea sus datos, cada uno de ellos debe contar que ocupación tienen sus padres. Y ella se aprovechara de cada uno de ellos, la llevaran en taxi, tendrá servicio de peluquería, arreglos en el hogar, medicamentos gratis, le harán las compras y un largo listado de ventajas. A los alumnos después de clase los obliga a limpiar su casa. A cambio les susurra a los adultos que parte de la lección debe estudiar cada hijo para sacar buenas notas. Quienes no se doblegan a esta corrupta cadena de favores, pagarán con las peores notas para sus chicos. Hasta que un hecho grave, desemboca en una denuncia, aunque los miedos subsisten, la maestra es influyente miembro del partido. Muy bien actuada, ambientada con muchos pequeños detalles, con un suspenso gradual y siempre creciente, el director Jan Hrebejk y el guionista Petr Jarchovsky logran un film que acierta en el clima asfixiante, enrarecido, temeroso que vive esa pequeña comunidad y los mecanismos de una necesaria rebelión que se va gestando.