Con el retrato singular de una docente y sus abusos de poder, Jan Hrebejk expone la situación general de un país en La maestra.
La maestra Mária Drazdechová llega para ocupar un puesto en un grado de una escuela primaria en la antigua república de Checoslovaquia. Y con ella llega un nuevo estilo de poder. Padres y alumnos van aprendiendo a ganarse sus favores y odios. La comunidad reunida va a sentarse a deliberar sobre la posibilidad de separar a la docente de su cargo, y ahí cada padre mostrará la verdadera naturaleza de su relación de conveniencia con ella.
Las relaciones de poder encuentran en este simpático e interesante film una nueva forma de ser abordadas. Zuzana Mauréry en el papel de la controversial docente es a la vez perversa y carismática, un personaje que se sabe cautivante y que utiliza sus encantos para engatusar a sus posibles ayudantes, hasta lograr tenerlos bajo su red de influencia.
La película se estructura alrededor de la reunión de padres, y en ella vemos como los que ven beneficiados a sus hijos con los tratos obtenidos se enfrentan duramente a aquellos padres que, firmes en sus principios, defienden su libertad de acción. El director logra a través de ellos mostrar lo que el régimen soviético provocó en el país: todos los beneficios logrados en la pérdida de algunas libertades y los castigos de quienes se negaron a doblegarse ante el sistema.
Una muy interesante propuesta de montaje le da el toque final a esta película que va armando el crescendo emocional sin sofocar al espectador, sin recurrir a golpes bajos y sólo mostrando la desesperación de estos padres sumidos en un sistema injusto que castiga a sus hijos.