El infierno impenetrable
Bárbara (Ailén Guerrero) tiene 10 años y canta en el coro de su colegio. Sin embargo, algo anda mal con la nena. Se hace pis encima, dibuja cosas raras. La psicopedagoga Sara (Malena Solda) llama a la madre (Analía Couceyro) pero quien asiste a la reunión es el abuelo, Ernesto (Alberto De Mendoza). Desde el vamos éste nos es presentado como un hombre duro, de carácter implacable, que en todo momento impone su voluntad sobre la de su hija y la de su yerno (Carlos Belloso). Así, un silencio sepulcral reina en la casa familiar, sólo interrumpido por la música de Bach que escucha el patriarca. Lo que nadie percibe (o lo que nadie quiere percibir) son esos evidentes pedidos de ayuda de Bárbara...