Nena abusada por su abuelo. Familia con problemas. Psicóloga que trata de ayudar. Con estos elementos se pueden hacer muchas cosas, buenas o malas. Aquí se optó por una estética que remite a los teledramas de los años 80, con una sobreactuación de la música y la combinación de momentos “tensos” y “tiernos” hecha a reglamento. Los actores están muy bien todos, pero la trama -ni, especialmente, la puesta en escena- les hacen justicia.