La que mataba a los niños
La Maldición de La Llorona (The Curse of La Llorona, 2019) es una película de terror dirigida por Michael Chaves, siendo éste su debut como director de un largometraje. Co-escrita por Mikki Daughtry y Tobias Iaconis, el filme se enmarca como la sexta producción dentro del Universo Cinematográfico del Conjuro, que ya cuenta con dos cintas del Conjuro, dos de la muñeca Annabelle y una sobre la Monja. Con James Wan como productor, el reparto está compuesto por Linda Cardellini (Green Book), Roman Christou, Jaynee-Lynne Kinchen, Sean Patrick Thomas, Patricia Velasquez, Raymond Cruz, entre otros.
Los Ángeles, 1973. La asistente social Anna (Linda Cardellini), viuda y madre de los pequeños Chris (Roman Christou) y Sam (Jaynee-Lynne Kinchen), ingresa en la casa de Patricia (Patricia Velasquez) y descubre que ésta mantiene a sus niños encerrados en un armario. Luego de unos días, los hijos de Patricia aparecen ahogados en un lago cercano. Patricia la culpa a Anna por haber abierto el lugar donde los mantenía a salvo. Desde esa tragedia, el espíritu profano de la Llorona volverá a hacerse presente para arrebatarle a Anna sus seres más preciados.
La leyenda de la Llorona, proveniente de México, contiene el horror necesario para armar un buen producto cinematográfico. Una bella mujer se entera que su marido la engañó y, como venganza, decide arrebatarle lo que más ama: los dos hijos que comparten. Consumida por la rabia los ahoga en un río, solo para después darse cuenta del terrible hecho que cometió. Tanta es la culpa que siente la Llorona que, como su nombre lo indica, se pasará los días sollozando en búsqueda de más niños para llevarse con ella. Teniendo en cuenta esto, es fácil creer que la película de Michael Chaves va a tener una gran cuota de sustos y tensión. Sin embargo, y para decepción de muchos, el resultado final deja mucho que desear.
El mayor inconveniente con este filme se basa en que se siente como algo que ya vimos en otras tantas películas. El director abusa de los lugares comunes y no busca sobresalir generando un estilo propio. Aunque la atmósfera oscura y silenciosa está bien lograda, todo se echa a perder cuando se decide utilizar el sonido al máximo volumen para asustar con la aparición repentina del espíritu maligno. Salvo una escena de la hija de la protagonista en la bañera, lo demás se vuelve ultra predecible por lo que a pesar de durar hora y media, la cinta se vuelve larga debido a la ridiculez con la que se encara el ritual final a cargo de un chamán.
Cuando uno piensa que ese proceso para echar a la Llorona de la casa ya dio resultado, siempre algo tonto sucede que hace que el problema persista. A su vez, los efectos que se utilizan cuando los personajes son tirados por los aires lucen muy falsos. Por otro lado, los guionistas se encargan de reafirmar, como si no lo supiéramos, que esta producción pertenece al universo del Conjuro, ya que incluso el mismo cura de Annabelle (2014) tiene su momento en este filme para hablar de lo que le pasó con la muñeca.
Sin sorprender ni ser original, La Maldición de la Llorona se convierte en la película más floja de esta franquicia hasta el día de la fecha. Tranquilamente se puede obviarla y esperar a la tercera entrega de Annabelle que llegará en junio.