The Curse of La Llorona no tiene demasiado con qué trabajar, así es que su corta hora y media de duración se hace extensa. Hay un rumbo conocido, predecible, con la variación de que el origen del miedo y las muertes se remiten a un espíritu propio del folklore mexicano. Ahí se acaba la innovación, con algo de inclusión y con una mirada superficial a la cultura latina. Fuera de eso queda una película prefabricada, que se destaca con esporádicos recursos ingeniosos a la hora de construir sus sustos.