Precuela, o pre precuela, ya perdimos la cuenta, que abreva en esa pieza fundacional del género que fue La Masacre de Texas, de Tobe Hooper (1974), aquí productor. El origen del loco de la motosierra es la premisa de un film que arranca fuerte, en la traumática infancia del pequeño Jed entre su familia un poco caníbal. Y salta a su vida adulta, como interno de un neuropsiquiátrico, del que escapará junto a otros pacientes. Pero el atractivo brutal del primer tramo se revela efímero, con la acción que se reduce a acumular golpes de efecto gore: gratuitos, poco novedosos y previsibles. Tiene buenos momentos, pero el género charcutería humana quizá puede darle ya un descanso al bueno de Leatherface.