Los protagonistas: la española Elena Anaya (“La piel que habito”) y el chileno Benjamín Vicuña (“Baires”) realizan una muy buena interpretación, en un tema tan doloroso y difícil como es la muerte de un hijo y como continuar la vida ante la pérdida de un ser querido. Uno de los problemas es que tiene un guión flojo y las actuaciones sobresalen sobre este.