Desde hace un tiempo, el cine de horror vernáculo nos está deparando gratas sorpresas, cintas originales, arriesgadas y con un sentido del genero que hacen pensar en un futuro promisorio para el cine fantástico nacional. Esto ocurre con este filme, que sin ser súper original, apuesta a un cuidado manejo de los climas, el maquillaje y los efectos, con momentos de logrado horror y un final que incluye un interesante giro dramático. Una clase B hecha, derecha y efectiva.