El terror argentino tiene ya a esta altura una larga tradición de producciones variadas, a lo que fue cierto auge en los años ’50 y ’60 en donde se mezclaba el terror y el suspenso ingeniosamente con algo (mucho) de drama, le siguió un estancamiento con pocas producciones más ligadas al erotismo y posteriormente un resurgimiento en forma de films de culto, clase B, autoconcientes y orgullosos de serlo, convirtiéndose en casi una parodia de clásicos del género, films para un público particular pero muy fiel.
Actualmente parece estar viviéndose una transición, un paso de ese cine “marginal” a algo más comercial, llegando a las salas (aunque con suerte en salas diversa), y la prueba de esto es La memoria del muerto, una película respetuosa de sus orígenes de bajo presupuesto, clase B podríamos decir, pero con ambiciones. La protagonista es Alicia (Lola Berteth) viuda reciente, que en connivencia con el mejor amigo de Jorge (su difunto marido interpretado por Gabriel Goity) reunirá a los amigos más cercanos a él con la excusa de leerle una carta que dejó antes de su muerte y la que se refiere a cada uno de ellos.
En realidad todo es una excusa para formalizar un ritual en el cual el grupo deberá pasar toda una noche en una casa quinta donde falleció Jorge y sobrevivir rodeado de fantasmas del pasado de cada uno de ellos... claro que no todos sobrevivirán.
El argumento lineal es tan simple como efectista, no pareciera otorgar nada nuevo al género, pero tampoco busca hacerlo, La memoria del muerto tiene como fin ser un clásico exponente de terror, ni más ni menos, y eso lo logra. No hay que ser muy hábil para notar reminiscencias a “Haunted Hill”, algo de los films de George Romero, y si me permiten decirlo algo también de un gran film subvalorado, “Flatliners”; pero no suena a copia sino a una suerte de homenaje.
Valentín Javier Diment en su rol de director, productor y uno de los guionistas (entre otros figura en este rubro también Nicanor Loretti director y guionista de la sublime “Diablo”) sabe crear el clima necesario para lograr una atmósfera ominosa, fuerte tensión, y algunos giros interesantes.
También es logrado el rubro actoral, esto también sirve para elevar el producto, contar con algunos actores de trayectoria como Berteth, Goity (en participación pequeña), Luís Ziembrowsky, Matías Marmorato (un excelente joven conocido para quienes siguen las ficciones televisivas de TDA y la TV Pública haciendo su merecido paso al cine) y otras apariciones de Rafael Ferro, Jimena Anganuzzi y Ana Celentano; todos están a la altura de una producción importante.
Hay algo fundamental en “La memoria del muerto”, y es que si bien no deja de lado su espíritu independiente y B (es muy recomendable para sus seguidores), no toma el camino de la burla, es una película seria ante todo, lo cual ayuda a pegar varios sustos. Los más atentos y entendidos también notarán ciertos juegos de cámara y luces similares al primer San Raimi y Stuart Gordon o Brian Yuzna.
Tal vez no estemos ante un film perfecto, quizás no rebose en originalidad, pero sí estamos ante un film de transición, La Memoria... es un producto logrado, hecho en serio y con ganas de darle un buen sacudón al público, los guiños a los camaradas ahí están presentes, pero también le abre la puerta al público amplio, esperemos que esta transición se complete del todo.