La estafa social
Paul/Philippe Miller (François Cluzet) se dedica a buscar obras en construcción, tomar nota de los teléfonos de administración, obtener datos, nombres y así hacerse pasar por alguien de la empresa constructora y acceder a herramientas que luego entrega a su reducidor (Gerard Depardieu) a cambio de unos francos. Lo que se dice un estafador de poca monta.
Luego de tomar "prestado" el auto del reducidor, y algo de dinero extra, emprende un viaje y en el camino se topa con una construcción abandonada, una autopista para más datos. Decidido a sacar algún rédito de su hallazgo, Paul se hospeda en el hotel del pueblo haciéndose pasar por supervisor de la empresa que hace más un año había abandonado la obra. La novedad no tarda en ser conocida por los pobladores que sufren el desempleo y la incertidumbre desde que la obra se frenó. De inmediato, y casi sin darse cuenta, Paul está metido en algo que jamás imaginó, se convierte en la esperanza de cientos de personas y su estafa empieza a ir demasiado lejos, pierde los límites de su propia personalidad y su habilidad para el delito y la estafa acaban por ponerse al servicio de una comunidad.
La película se basa en la historia real de Philippe Berre, un delincuente que en 1997 y con casi veinte condenas desde 1983 por falsificación, fraude y estafas varias convenció a la población de Saint-Marceau de que era el encargado de reflotar la construcción de la autopista A28. El director Xavier Giannoli encuentra en François Cluzet al actor preciso para plasmar la personalidad de un hombre solitario, hosco, marcado por el tiempo perdido en prisión y prisionero de su propia naturaleza. Giannoli tal vez abusa de su protagonista, cargándole el relato en sus espaldas aprovechando su talento, y descuida el ritmo al promediar el metraje.
El filme pasa de ser un policial y acaba siendo una profunda historia de seres con mucho perdido y todo por ganar, a fuerza de solidaridad y esperanza, con el trabajo como motor aún cuando, sin saberlo, estén siendo estafados. Es la fábula del delincuente que busca cierta redención, a través de su mal arte pero con el bienestar de otros como objetivo. Es también, sin cargar las tintas, una crítica a las corporaciones que privilegian sus beneficios sin medir el impacto social de sus decisiones.
En el elenco se destaca Emmanuelle Devoz como la alcalde del pueblo que ve a Miller como al salvador del lugar y consecuentemente acaba atraída por él. La cantante y actriz Soko se luce como la fiel Monika, mucama del hotel donde se hospeda Miller y posteriormente su asistente de confianza, de condición humilde y en pareja con el marginal Nicolas, bien interpretado por Vincent Rottiers. La voluminosa figura de Depardieu se deja ver en pocos pero vibrantes momentos, determinantes para el personaje de Cluzet.
"La Mentira" remite a lo mejor de la tradición francesa en materia de cine, sin ser una obra maestra deja en el espectador la sensación de no haber perdido el tiempo, de haber disfrutado de grandes actuaciones y del trabajo de un director que supo, con sus matices, hacer bien su trabajo.