Romance complicado
Las historias de amor están tan capitalizadas por parejas de actores jóvenes que cuando aparece una en la que los intérpretes pasan las seis décadas resultan extrañas. Y no debería ser así. Eso ocurre en “La mirada del amor”, un título insípido para una película con una trama en la que, sí, la pareja protagónica son dos adultos interpretados por Annette Benning y Ed Harris. Ella -que tiene como vecino a Robin Williams, en uno de sus últimos trabajos antes de suicidarse- es una viuda que todavía arrastra el recuerdo de su marido que murió ahogado. Todo va bien, hasta que se cruza en su camino un hombre que es idéntico al difunto. Y su vida -y por momentos su razón- se trastornan. La idea no es mala, pero tampoco es nueva. Pero el director Ari Posin intentó sumarle alguna arista original a esta historia que oscila entre el drama y el romance. Por momentos parece tentado de darle cierto perfil de policial, con escenas ambiguas que sugieren más que una confusión, pero finalmente abandona ese camino para concentrarse en el paulatino acercamiento de la pareja central. Una puesta en escena prolija y el trabajo correcto y entusiasta de Benning y Harris no alcanzan para remontar un guión y una trama que terminan abruptamente y de forma convencional.