El amor maduro puede ser desconcertante. Bien interpretado por Annette Bening y Ed Harris que poseen una gran química.
Narra los momentos que vive Nikki Lostrom (Annette Bening) después de 30 años de un matrimonio lleno de amor, buenos momentos y otros no tanto. Una tarde su amado esposo Garret Mathis (Ed Harris) muere ahogado de forma trágica en México y ella lo encuentra a unos metros de la playa, pasa mucho tiempo triste, llorando, angustiada y es duro sobrellevar la pérdida. De manera metafórica cuando ella rompe una copa, ahí está representado todo el dolor y el resquebrajamiento de su ser. No visita los lugares donde fue con Garret porque no quiere mirar atrás. Pasan cinco años e intenta reencontrarse con sus afectos: su hija Summer (Jess Weixler) y un vecino, amigo, pretendiente y confesor Roger (Robin Williams, tenue actuación) quien también ha enviudado y se encuentra solo.
Nikki decide un día volver a visitar el “Museo de arte de Los Ángeles” donde iba con su esposo, y allí ocurre una especie de milagro, algo especial ocurre: ve a un hombre sentado en un banco en el jardín de ese lugar idéntico a Garret, se siente aturdida y confundida; lo mira, lo observa. Le cuenta a su vecino lo sucedido y este dice que todos tenemos un doble y que vive en algún lugar cerca o lejos (esto es algo actual, casi todos alguna vez escuchamos este comentario).
Sorprendida e intrigada vuelve a concurrir a diario a ese lugar con la idea de volver a ver al doble de Garret, pero esto no sucede y como es previsible, ellos finalmente se encuentran. Él es Tom Young un profesional relacionado con el arte y separado hace 10 años de Ann (Amy Brenneman) Nikki desea revivir el pasado y volver a vivir el amor, su cuerpo y alma se encuentran invadidas de recuerdos. Cuando logra llamar la atención de Garret vuelve a sentirse como una quinceañera y resucita. Este hombre la hace volver a sentirse viva, y Tom se vuelve a sentir motivado para crear. Ambos ocultan algo uno del otro y también los envuelve el desconcierto.
Cuenta con las estupendas actuaciones de los protagonistas: Annette Bening y Ed Harris que tienen mucha química, este último realiza un doble papel y tienen una gran ductilidad con su cuerpo, ellos se ponen el film a cuesta dado que el guión es flojo y tiene problemas de ritmo. Abundan las situaciones melodramáticas, absurdas, es una de esas historias para ver en pareja, derramando alguna lagrimita y la emoción mayor se encuentra con la presencia de Robin Williams, en una de sus últimas participaciones en un film.