Misión publicitaria
Hay que reconocerle a Adrián Jaime su empecinamiento por mostrar en La misión argentina (2014) y a través de imágenes de archivo, la histórica epopeya que significó para el automovilismo argentino la carrera de Nüremberg en 1969. El acceso irrestricto a material de la época posicionan la película como una gran pancarta pro misión que, en la ingenuidad tal vez de los “misioneros”, se va tejiendo un relato que posee más hipótesis que las respuestas que realmente refleja.
Hay una necesidad de demostrar el esfuerzo que significó el ingresar en la carrera y en la previa con la que se llegó a ese lugar, que no se deja un lugar al espectador para poder generar a empatía necesaria con la historia. Esto principalmente se da por que el principal entrevistado del film, Orestes Berta, recorre sus talleres acompañado por la cámara de Jaime como en un largo comercial o institucional. Por momentos hasta mira a cámara, reafirmando alguna frase que hasta el momento había quedado en el aire o que necesitaba reforzar.
Por momentos La misión argentina tiene algo de intento por contar una historia que marcó a fuego a muchos de sus protagonistas, pero que hoy, a la distancia, no logra transmitir la misma pasión que le pusieron los hacedores de la hazaña. Hay montaje paralelo para contrastar el paso del tiempo, así, por ejemplo, Berta se sube a una réplica del Torino construido para la ocasión. La cámara dentro del vehículo busca el mismo plano con el que en el pasado se mostró el recorrido hecho por el piloto. Pero ¿para qué muestra Jaime esto? ¿Hay una intención de sensibilizar al espectador?
La sombra de Juan Manuel Fangio presente durante todo el film. Referente obligado de la misión y uno de los que más creyó en la necesidad de participar de la carrera para así poder disparar una sinergia de negocios que transformaron a los protagonistas en empresarios que hoy hablan desde un lugar que no era el que ocupaban en 1969. Y Berta no es el único que hablará y repasará la hazaña, también estarán Carlos Lobosco, Jorge Cupeiro, Oscar franco y Oscar Fangio. En off recordarán el momento y principalmente el recibimiento posterior, triunfal, de toda la delegación. La música por momentos distrae la atención, estridente, melancólica, efectista, interpela para poder lograr el cometido que en imágenes o a través de los reportajes nunca llega.
La misión argentina es un film que sólo interesará a los entendidos en la materia. El director no logra universalizar la pasión y trascender la pantalla con una historia que podría haber sido mucho más dinámica, y que su principal virtud reside en algunas escenas de archivo que hablan de otra época y de una manera de hacer las cosas totalmente diferentes a la actualidad.