La misma sangre es la nueva película del director de cine y guionista argentino Miguel Cohan, recordado por la realización de largometrajes como la recomendable Sin retorno (2010), posteriormente Betibú (2014), y la serie televisiva La fragilidad de los cuerpos (2017). En esta ocasión cuenta con un reparto de altura, con nombres como Oscar Martínez, Dolores Fonzi, Paulina García, Diego Velázquez o Norman Briski.
La cinta comienza con un hecho ocurrido hace siete años atrás: Un hombre de edad avanzada (Briski) tiene un incidente con la electricidad en el campo. Decide llamar a su hijo Elias (Martínez), pero este le responde que es el equivocado,y que el hijo con el cual quiere hablar murió hace 30 años. Tras esto vuelve a la actividad y cae desde lo alto de un molino. La historia de La misma sangre continúa, ya en la actualidad, con una cena familiar que desencadena en la posterior muerte de Adriana (García), esposa de Elías, ambos padres de Carla (Fonzi). En aquella cena además de ellos tres se encontraba Santiago (Velázquez), el marido de Carla, quien desconfía de su suegro a partir de comportamientos que no cuadran, alguna mirada entremedio, y hechos que presenció esa misma noche previo a irse con su esposa e hijo de la casa de los mismos. Resulta que pese a ciertas comodidades, la situación económica que atraviesa Elías no es del todo buena, y esto acrecienta las sospechas sobre su responsabilidad en el deceso de su esposa. Tras una reconstrucción de los sucesos de ese primer momento, Cohan vuelve a contar los acontecimientos, aclarando un poco el panorama inicial, y dando detalles más exactos de la sucesión de hechos, que llevaron al confuso episodio que finalizó con la muerte de Adriana, cuando Elías se encontraba bajo el mismo techo.
Miguel Cohan en La misma sangre navega en aguas que le resultan cómodas, enfocado notoriamente en el género thriller, como en el caso de Sin retorno, su opera prima. La historia funciona, tiene un entramado sumamente interesante, y mantiene un ritmo (a veces más pausado, por momentos más acelerado), pero brindando información en forma progresiva, manteniendo la expectativa a lo largo de las casi dos horas de película, destacándose esto especialmente en la primera hora. Quizás se pueda cuestionar algunos giros de más, cierta sobrecarga de datos, que terminan entorpeciendo la idea central, o un desenlace un tanto abrupto, que quizás se podría haber resuelto de forma menos truculenta, pero el resto de los elementos que componen La misma sangre están en su lugar; actuaciones acertadas, personajes bien trabajados (quizás los más destacables sean Martínez y Fonzi), una buena labor de fotografía, y diálogos con fuerza propia, conformados creíblemente. Recomendada.