La misma sangre es el tercer largometraje escrito y dirigido por Miguel Cohan, con el que confirma que tiene oficio para el thriller. En este caso contó con un elenco de grandes figuras, como Oscar Martínez, Dolores Fonzi, Diego Velázquez y los chilenos Luis Gnecco y Paulina García, ya que es una coproducción con el país trasandino.
La película cuenta la historia de Elías (Oscar Martínez), un hombre que se convierte en sospechoso de haber asesinado a su esposa, fallecida en un dudoso accidente doméstico. Pero en lugar de contar la historia de forma lineal recurre a tres puntos de vista: el del sospechoso, el de su yerno Santiago (Diego Velázquez) y el de su hija Carla (Dolores Fonzi), en el que cada uno irá aportándole datos al espectador para que reconstruya los hechos.
Si bien la trama es interesante, la puesta en escena hace que no funcione tan bien, porque el misterio se resuelve demasiado pronto, y en lugar de generar situaciones de suspenso, la trama principal se diluye entre otras subtramas, que hacen que aquella se disperse junto con la atención del espectador. Porque si bien los problemas económicos que agobian a Elías son una buena motivación para convertirlo en posible asesino, se les dedica más tiempo que el necesario. Y el otro problema es la solemnidad excesiva con el que transcurre toda la película, en la que no se le permite aliviar al espectador la sensación de angustia generada, que hubiese podido tomarlo por sorpresa con los giros en la trama.
Eso sí, desde el punto de vista técnico vale la pena destacar el muy buen trabajo de fotografía de Julian Apezteguia, quien utiliza tonos fríos para generar el clima de misterio necesario para que se genere una sensación de extrañamiento en esta casa de clase media, algo que también logro muy bien en El gato desaparece, película con la que tiene varios puntos en común. Así como también lo es el trabajo de sonido a cargo de Fabián Oliver, que trabaja muy bien los silencios, en los que se resalta el ruido que hacen algunos elementos que resultan claves en la trama.
En conclusión, La misma sangre es un thriller dirigido con oficio por Miguel Cohan, pero que pudo haber sido aprovechado mucho mejor. Porque la idea de narrar los hechos desde varios puntos de vista es muy buena, y le dio mejor resultado en su opera prima Sin retorno, pero acá los misterios se revelan demasiado rápido y como dijimos, la trama principal se diluye entre las subtramas, lo que hace que el suspenso no termine de funcionar.