Los monstruos nunca mueren, especialmente los de Universal Pictures, cuna de Dracula, Frankenstein, La Momia, El Hombre Invisible, El Hombre Lobo, El Monstruo de la Laguna Negra y sus respectivas series cruzadas (del estilo "Frankenstein contra el Hombre Lobo"). Cada tanto, Universal vuelve a exprimir sus monstruos de siempre, a veces con éxito, como cuando se atrevió a hacer una remake de "La momia" de 1932, transformando aquel tortuoso melodrama terrorífico de Karl Freund con Boris Karloff en una divertidísima película de aventuras sobrenaturales ambientada en la época de la Legion Extranjera. La película que dirigió Stephen Sommers en 1999 generó su propia serie, lo que animó al estudio a reciclar otros monstruos, pero sin la misma respuesta. Ahora volvió a intentarlo a lo grande, con una especie de slogan marketinero "Dark Universe" y un estilo más propio del cine de superhéroes que otra cosa. Las desventuras del traficante de reliquias interpretado por Tom Cruise lo llevan a revivir una momia, pero peor aun, lo relacionan con el Dr. Jekyll, encarnado por Russell Crowe personaje que amenaza con funcionar como nexo para las próximas remakes de los clásicos--. A favor de este extraño comienzo de "Dark Universe" hay mucha acción, y unos fascinantes primeros planos de Sofia Boutella, que funcionan como homenaje a Karl Freund.