Tom Cruise se roba el filme (para bien y para mal)
Pasaron casi diez años desde el último film dedicado a la momia , que se trató de “La Momia - La Tumba del Emperador Dragón” (2008). Esta película era la tercera de una saga iniciada en 1999 y que lo tenía a Brendan Fraser como protagonista.
Lamentablemente, la franquicia iba en decadencia y esa última parte terminó por enterrarla. La momia, la criatura, ha sido desde que el cine es cine uno de los monstruos más reconocidos y atractivos del género de terror. Tomando lo que está pasando con los superhéroes, Universal decidió traer de vuelta la gloria que alguna vez tuvo, y eso fue con sus monstruos clásicos de las décadas del treinta y cuarenta.
De esta manera nace el Dark Universe, un universo que se va a componer de una serie de filmes protagonizados por los monstruos más reconocidos del estudio (Drácula, Frankenstein, El Hombre Invisible, El Monstruo de la Laguna Negra, etc.). En los próximos años se irán estrenando largometrajes de cada uno de ellos de forma individual para luego converger en una única película.
Russell Crowe aquí personifica al Dr. Henry Jekyll, que conduce la organización Prodigium, encargada de estudiar, monitorear y destruir la maldad en todas sus formas de este mundo. Por supuesto, él será el nexo de conexión en todos los films del Dark Universe, algo así como lo que hizo Samuel L. Jackson con Nick Fury y los personajes de Marvel. La que va a iniciar todo este gran proyecto es, por supuesto, “La Momia” (2017).
El sargento Nick Morton (Tom Cruise) y su amigo, el cabo Chris Vail (Jake Johnson), son dos soldados que se encuentran en Irak en busca de tesoros arqueológicos para vender en el mercado negro.
Es así que descubren una tumba egipcia –algo totalmente inusual en ese lugar– que contiene un sarcófago con el cuerpo momificado de la reina Ahmanet (Sofia Boutella). Antes de que puedan hacer nada, llega el Ejército de Estados Unidos y con ellos la arqueóloga Jenny Halsey (Annabelle Wallis), de quien Morton robó el mapa que los condujo hasta allí. Jenny estaba en busca de la tumba de una reina egipcia, borrada de los libros de historia por las atrocidades que cometió y enterrada lejos de su hogar para que nadie la encontrara.
Es que Ahmanet, en vida, quería traer a la vida a Seth, el dios del caos y la maldad de la mitología egipcia, pero fue detenida a tiempo. Ahora la momia tiene la chance de volver a la vida, y Nick es el elegido para que la malvada reina pueda cumplir con su objetivo y que la maldad reine sobre el planeta.
Lo primero que hay que decir sobre esta película es que es realmente entretenida. Tiene buenas escenas de acción, bien pensadas y coreografiadas (la que ocurre en el avión es tremenda), el toque de humor necesario y un elenco de lujo. No nos vamos a cansar de decirlo, pasan los años y Tom Cruise es el mejor actor de acción, y se nota que le gusta. Pero ahí radica el problema de este film.
Parece otro largometraje más de la estrella de “Top Gun” (1986) que un film de terror sobre el monstruo clásico de Universal. Dicho de otra manera, el personaje de Cruise es como un Indiana Jones moderno que pelea contra una momia, y todos sabemos que en sus películas el importante siempre es el arqueólogo más que sus aventuras. Se pierde el foco en la criatura que, por cierto, da bastante miedo al principio, pero rápidamente el terror queda de lado para focalizarse en la acción.
El largometraje pierde identidad y nuca termina de definir su tono, y eso es lo que acaba con esta obra. La Momia es entretenida, de eso no caben dudas, pero no sabe en qué género quedarse. Y los últimos 20 minutos son los que terminan de arruinarla.
Una nueva era de monstruos que pretenden infundirnos miedo ha comenzado. Sólo esperemos que en los próximos films logren realmente asustarnos.