El cadáver de una mujer llega a la morgue que dirigen padre e hijo forenses. Como nadie sabe quién es, no hay forma de identificarla, es Jane Doe, sin nombre, NN. Es una mujer hermosa que parece intacta, sin causa aparente de muerte, y cuando la práctica forense se inicia, bisturí en mano, empiezan a aparecer cosas rarísimas e inexplicables en su fisiología. Sin el carisma de los actores Brian Cox y Emile Hirsch, esta película hubiera sido mucho menos entretenida de lo que es, porque a esta primera parte atractiva y bien resuelta se le van sumando, cuando uno empieza a preguntarse para dónde puede derivar todo el asunto, derivaciones de un cine de terror más visto y transitado, y un ritmo más acelerado, más palo y a la bolsa, que deja de tomarse el tiempo de esa misteriosa y terrorífica "presentación" para que "pasen cosas". Y el tiempo prueba que lo más recordable de La autopsia de Jane Doe, tal su título original, son sus protagonistas y la tremenda primera parte del film De todas formas, es de los mejores films de terror-de-la-semana que llegaron a los cines en las últimas semanas, y muy entretenida.