El título original del film es “La autopsia de Jane Doe”, este es el nombre que se le pone a los cuerpos desconocidos como el de esta chica que fue hallad a muerta, y se le hace una autopsia para saber que le sucedió a esta joven. La podemos dividir en dos partes, con una buena ambientación, iluminación, diseño de producción y cierto tono al estilo Hitchcock. Está bien recreado ese crematorio, se siente claustrofobia, el cuerpo ofrece misterio y presenta signos extraños de violencia. Vemos la relación padre e hijo, incluyendo las lecciones que le ofrece a quien será su sucesor y en ciertos momentos hay conflictos laborales. Contiene una sucesión de buenos planos, entre ellos el plano detalle que le da cierto dinamismo. Pero la segunda parte y a partir de una serie de sucesos paranormales, sustos, sonidos y escenarios previsibles se va desinflando. Tiene algunos toques de “Cloverfield” y “La bruja”. Conto con un acotado presupuesto y pocos actores. Se destacan las actuaciones de: Emile Hirsch (“Milk”) y Brian Cox (“Troya”). Llega a entretener.