Destino de superheroína
Después de tres películas decididamente fallidas como "El hombre de acero", "Batman vs. Superman" y "Escuadrón suicida", el llamado "Universo extendido de DC Cómics" consigue levantar un poco la puntería con "Mujer Maravilla". La directora Patty Jenkins ("Monster") se aleja de la solemnidad depresiva post-Nolan y apuesta por una versión más clásica y fiel al origen del cómic. Otro punto de diferenciación (no menor) es el aire fresco que supone la mirada femenina de una superheroína emblemática, en medio de tanta testosterona en el género de los superhéroes. La película rescata el origen mitológico de la Mujer Maravilla, que comienza siendo la princesa Diana, una niña educada como guerrera en una isla de la Antigua Grecia habitada sólo por amazonas. Este lugar escondido del resto de la humanidad cambia cuando el soldado Steve Trevor (Chris Pine) naufraga en las orillas de la isla. Sería muy largo detenerse en la historia, pero digamos que por —(oh) el inevitable camino del héroe— Diana termina luchando junto a Trevor en la Primera Guerra Mundial. Aunque se acerca más a una modelo que a una verdadera actriz, Gadot se ajusta al personaje con convicción. Las batallas están vistosamente coreografiadas y también hay algunos toques de humor (aunque no todos son efectivos). Sobre el final la película decae porque sus villanos son endebles, y demás está decir que sus 140 minutos son excesivos.