Puede que Gal Gadot, cuando firmó el contrato que la coronó protagonista de la esperada versión cinematográfica de Wonder Woman, no haya previsto que la película sobre la heroína fantástica por excelencia iba a mejorar casi todo lo que se hizo en el rubro comiquero durante los últimos años.
Porque además de ser una superproducción cuidada, con un trabajo visual de impacto que en ningún momento resulta ridículo (ahí están The Avengers provocando vergüenza ajena) Wonder Woman es una gran película de aventuras.
Patty Jenkins, la misma directora de la interesante Monster (aquella con una "afeada" Charlize Theron) y la serie The Killing, plantea una mirada renovadora sobre el camino del héroe, en este caso heroína que, además, se plantea terminar ella sola con el III Reich.
El film nos dice que Diana (Gal Gadot), nacida en una isla ubicada en algún lugar del tiempo y el espacio habitada solo por amazonas lideradas por su madre (Connie Nielsen), llega a adulta como una guerrera de fuste, entrenada por su tía, la generala Antiope (Robin Wright). Hasta ese universo idílico llega por accidente un espía aliado (Chris Pine) mientras escapa de los nazis, que, claro, también invaden la isla y provocan una sangrienta batalla a orillas del mar.
La historia se dispara cuando Diana decide cruzar al mundo de los humanos junto al soldado en cuestión, con la meta de matar a Ares, dios de la guerra al que ella relaciona con el nazismo basada en lo que le contó el joven espía.
A partir de ahí el film se transforma en un tanque imbatible de aventuras, escenas de acción en alta definición y algunos diálogos que marcan diferencia con las tonterías que le suelen tocar en suerte a los actores que interpretan superhéroes. Entre ellos se destaca la conversación sobre reproducción humana que Gadot cierra con gracia filofeminista al decir que "los hombres son fundamentales para la reproducción pero no para la satisfacción sexual".
¿Hay entonces aquí una bandera feminista clavada en la galaxia machista de dioses comiqueros? Lejos está WM de significar eso, sobre todo por el mero hecho de que Diana depende de un militar para llegar hasta Europa para enfrentar al militar nazi que está a punto de suspender la rendición del Führer. Pero el aguijón ya está clavado y daría la impresión de que la casta heroica de Hollywood aflojará en los niveles de testosterona.
De esa manera, con un guión que no sólo logra no dar vergüenza ajena sino que además aporta a que el género mejore y salga de la línea infantil que Marvel y DC venían poniendo en juego en los últimos años (con excepción de la gran Logan), Wonder Woman es una película que se planta sin problemas como parte de lo mejor que llegó a los cines en lo que va de 2017.