La nueva Mujer Maravilla, un estereotipo alternativo de mujer
Después de una larga espera por fin llegó el primer largometraje acerca del personaje femenino más importante del universo de los comics: la Mujer Maravilla (Wonder Woman, 2017), figura que ya había tenido su debut en otra película de la saga de DC Batman V. Superman: El Origen de la Justicia (2016).
Antes de adentrarnos en el universo que propone esta película, es importante recordar algunas consideraciones del comic que da origen a dicha transposición. En 1941, en plena Segunda Guerra Mundial, el psicólogo norteamericano Willliam M. Marston- defensor de los derechos de las mujeres- creó el personaje de la Mujer Maravilla pensando en darle a las nuevas generaciones femeninas un nuevo modelo de mujer que se oponga al tipo de mujer canónico de le época. Marston junto con su esposa Elizabeth se inspiraron en la mujer liberal de la época y también en Olivia Byrne (una mujer que mantenía un vínculo poligámico). Las ilustraciones de esta historieta original eran de Harry G. Peter.
Según la actual dibujante de la mujer maravilla Nicola Scott, dicho personaje “se convirtió en un faro para el movimiento We Can Do It encabezado por Rosie, la Remachadora. Ella fue el primer personaje femenino que consiguió romper con la emergente tendencia de superhéroes, a menudo superando a Superman y Batman”[1]. Incluso es pertinente destacar que en los´70 la feminista Gloria Steinem utilizó a la Mujer Maravilla para aparecer en la portada del primer número de la revista Ms.Magazine y al poco tiempo se convirtió en la primera protagonista femenina de la serie de acción interpretada por Lynda Carter (la cual abarcó desde 1975 a 1979).
Ahora sí estamos listos para adentrarnos en el análisis de la película Mujer Maravilla dirigida por Patty Jenkins (Monster, 2003), es decir que el filme estuvo en manos de una mujer, lo cual no es un detalle menor, puesto que la mayoría de las películas de superhéroes están dirigidas por hombres. Por lo tanto, no sólo hay una primacía de personajes de heroicos masculinos, sino también que rara vez las transposiciones cinematográficas de las historietas están a cargo de realizadoras mujeres. Lejos del estereotipo de belleza norteamericano que presentan las mujeres maravilla anteriores, esta morocha de ojos marrones, encarnada en la figura de la actriz israelí Gal Gadot, le devuelve al personaje la potencia original de la novela gráfica. Recordemos que la Mujer Maravilla es una Amazona que será una especie de inmigrante y embajadora de la paz en nuestro mundo. Si bien en el vestuario de la Mujer Maravilla siguen predominando el rojo, el azul y el dorado, luce menos norteamericana que las anteriores, ya que los tonos son menos estridentes y no posee las estrellas que pertenecen a la bandera de Estados Unidos. Asimismo, a nivel formal el vestuario remite a la antigüedad clásica y sus armaduras, aunque se supone que griega, tiene más bien características romanas.
La Mujer Maravilla funciona como una película de presentación de la historia del personaje, la cual justamente comienza con un flashback de su protagonista que sigue vinculada al universo de Bruce Wayne (Batman). Entonces, somos testigos del viaje de autoconocimiento de esta heroína desde su niñez en una isla llamada Themyscira (nombre que realmente se corresponde a una antigua ciudad griega), la cual sólo es habitada por mujeres llamadas Amazonas, algo similar a la isla de Lesbos de la Grecia arcaica. Hija de la reina de las Amazonas, es decir la princesa Diana, estará dotada de magia, maravilla y poderes que provienen de su concepción divina, pues esta es hija secreta de Zeus. En dicho sentido, el filme fusiona el comic original de los´40 con su relanzamiento posterior de los ´80, escrito por George Pérez. Es pertinente destacar que la historia de las Amazonas (cuyo origen se encuentra en la mitología clásica) la cual está compuesta por mujeres guerreras, está narrada mediante un hermoso tableau vivant cinematográfico que representa una de las imágenes más bellas del filme.
La referencia al mundo antiguo griego es constante en la Mujer Maravilla, ya que estas mujeres guerreras son entrenadas para la protección de la paz en el cosmos, cuya amenaza se supone es Ares, el Dios de la guerra. Lo interesante de las Amazonas es que no son sólo guerreras, sino que en este caso también son políglotas, es decir que además despliegan gran inteligencia mental aparte de la fuerza física. Otro elemento interesante del filme es que todas las mujeres de la isla de Themyscira poseen características físicas muy diferentes representando una interesante diversidad cultural.
Hasta aquí se ha delineado toda la primera parte del largometraje, la cual es la más interesante. Se considera que a partir de aquí el relato pierde fuerza y astucia, pero se vincula formalmente a la saga perteneciente al universo de DC Comics. En esta segunda parte Diana tendrá contacto con el resto del mundo, cuya base principal será el Reino Unido durante la Primera Guerra Mundial y su enfrentamiento con Alemania. Sin embargo, el relato posee también elementos de la Segunda Guerra Mundial (lo que se corresponde más con el comic original) como el uso destructivo del gas o ciertas figuras como militares de alto rango y médicos que hacen experimentos. En dicho sentido, es importante aportar que el productor Curt Kenemoto dijo al respecto que les pareció interesante que Diana llegue a Londres en 1918, el mismo año en que algunas de las mujeres obtuvieron el derecho a votar.
En este segundo segmento del filme aparecen los tres villanos del mismo: el general Ludendorff (caracterizado como un jerarca nazi, aunque esto históricamente sea posterior), quien trabajará en conjunto con la doctora Maru, la cual es representada con una máscara que remite a El Fantasma de la Ópera, y por último Ares. Es decir, que la potencia femenina no sólo está encarnada en la Mujer Maravilla sino también en esta brillante científica. En consecuencia, Mujer Maravilla presenta una tradicional dicotomía entre buenos y malos. En dicho sentido, queda a la vista la falencia del guión una vez avanzado el relato en una débil construcción de los villanos, pero hay que reconocer que no es una falla intrínseca de esta película sino de la mayoría de las pertenecientes al universo de los comics, a excepción de X-Men (perteneciente a Marvel). No es casual que Ares por momentos tenga formalmente semejanzas al Magneto de X-Men cuando este utiliza sus dotes.
Para concluir, a pesar de un guión por momentos poco sólido se considera al filme Mujer Maravilla lo mejor dentro de la nueva saga del universo de DC Comics. En este mundo de hombres la Mujer Maravilla se hará presente con toda su potencia y un gran Leitmotiv que acompaña sus batallas. Era más que necesario que este personaje sea llevado a la pantalla grande, y si bien podría tener aún más Feminist Power, vale la pena su existencia y la acertada elección de Gal Gadot como protagonista, ya que previamente ha protagonizado varias películas de acción, como por ejemplo algunas de la saga de Rápido y Furioso.
La Mujer Maravilla esboza varias cuestiones que oscilan desde el lugar de la mujer, la globalización, la guerra, la diversidad cultural e incluso desde una mención sútil el conflicto entre los colonizadores y los indios. Esperemos que la potencia y el feminismo de la Mujer Maravilla se enaltezcan en La Liga de la Justicia -la cual se encuentra actualmente en post producción- y que no quede reducida tal como dijo N. Scott a “una mujer atractiva en traje de baño”. Se aguarda también que su mensaje original dure más de lo que ha durado Wonder Woman como embajadora honoraria de las Naciones Unidas para el empoderamiento de las mujeres, tal como ha sucedido en diciembre del 2016.
[1]Fuente: http://www.ecartelera.com/noticias/36119/nicola-scott-defiende-wonder-woman-emabajadora-onu/