Earl Stone, un octogenario solitario, sin dinero y a punto de perder su negocio, recibe una oferta laboral para la cual solo debe manejar. Es bastante fácil, pero él no sabe que acaba de aceptar ser transportador de drogas para un cartel mexicano. Y lo hace bien; tan bien, que su cargamento crece de forma exponencial, y le asignan un encargado. Pero esa persona no es la única que lo controla: la mula nueva y misteriosa también llama la atención de Colin Bates, un agente implacable de la DEA. Así, Earl comienza a superar los problemas financieros y también a sentir el peso de los errores que cometió en el pasado, y no se sabe si tendrá tiempo para arreglarlos antes de que lo atrapen las fuerzas de seguridad o las del cartel.