Un recordatorio del poder del arte
La música de mi vida (Blinded by the Light, 2019) es una historia basada en las memorias del periodista Sarfraz Manzoor y en ella nos encontramos con Javed (Viveik Kalra), un joven musulmán que, un día cualquiera, descubre mediante la música de Bruce Springsteen una elección de vida, una manera de formar su propia identidad y así también, la forma de poder escapar de las reglas tradicionales con las que creció en su hogar.
Gurinder Chadha, directora de Jugando con el destino (Bend It Like Beckham, 2002), nos ofrece una película que, si bien no toma demasiados riesgos, es presentada de manera correcta, casi siguiendo el modelo de manual de cualquier biopic de este estilo. Quizás el punto extra lo encontramos en que el cuento se desarrolla apoyándose en la canciones de Springsteen, y de esto, Chadha sale bastante bien parada. Aunque al principio la música no es un eje principal en la narración, una vez que The Boss hace su aparición todo se encamina de manera equilibrada.
Uno de los mayores aciertos del film lo encontramos en el cast, cada uno de los adolescentes recrean de manera perfecta a los jóvenes de los años ochenta, sobre todo a la hora de demostrar la pasión con la que vivían la música aquellos soñadores, pasión que con el correr de la décadas se fue perdiendo. Sumado a esto, hay que destacar que la historia puede transitar varios géneros sin forzar el resultado final, a excepción de los momentos musicales, que si bien siguen la fórmula básica de cualquier musical, en este largometraje resultan bastante innecesarios ya que se pierde el ritmo realista que intenta transmitir. Sin embargo, no es algo tan excesivo como para derribar el metraje.
En resumen, La música de mi vida es una biopic efectiva que, a pesar de contar con todos los clichés del género, logra su cometido más de una vez, recorre varias emociones a lo largo de su desenlace y obviamente, los seguidores de Bruce Springsteen encontrarán un plus a la hora de visionarla.