La Navidad de las madres rebeldes: sólo grandes actrices
En los créditos finales de El club de las madres rebeldes, las protagonistas del film aparecían con sus verdaderas mamás. Esas interacciones eran lo mejor del film y generaron la idea de una secuela enfocada en las relaciones madre-hija. Tal como sucedía en la película original, dos guionistas y directores, Jon Lucas y Scott Moore, están a cargo de decidir lo que les divierte y conmueve a las mujeres. La premisa de ambos films es mostrar que las madres también pueden divertirse como hombres, porque se supone que hay un valor en eso y hasta suena feminista (spoiler, no lo es). Pensar en una comedia zarpada desde un verdadero punto de vista femenino parece que no divierte tanto. De todos modos, el género de los realizadores no es el problema; sí lo son las situaciones humorísticas poco originales y los personajes de cartón.
A pesar de todo, La Navidad de las madres rebeldes resulta graciosa por momentos y hasta puede llegar a emocionar, mérito absoluto de un elenco de actrices brillantes. Christine Baranski, Cheryl Hines y Susan Sarandon interpretan a las madres agregándoles humanidad a esos personajes esquemáticos; lo mismo hace Kristen Bell. Pero la que merece una mención aparte es Kathryn Hahn, que realiza un milagro de la actuación dándole profundidad y comicidad a un estereotipo imposible. La Navidad de las madres rebeldes es divertida por ellas y sólo por ellas. Lo que entristece es pensar lo que podrían haber hecho con un material mejor.