El debut cinematográfico de Benh Zeitlin no es más que una intensa representación de la defensa de una forma de vida, con una fotografía muy arriesgada, con un gran trabajo realizado en el elenco, en especial en la pequeña protagonista, y con una historia que toca con profundidad la pérdida de un ser querido, las desigualdades sociales, la enfermedad y la búsqueda de la libertad.