Anexo de la crítica
Una parábola sobre el aprendizaje y la madurez de una niña de 6 años, a cargo de un padre alcohólico y enfermo en el distópico micro universo del Mississippi, castigado por la fuerza de la naturaleza y los cambios climáticos que ponen en vilo a la humanidad o por lo menos a una gran parte de ella, son los elementos que predominan en esta ópera prima La niña del sur salvaje - Beasts of the Southern Wild- de corte netamente independiente, dirigida por Benh Zeitlin, ganadora en Sundance y sensación en Cannes y que este mes subirá al podio en la terna de películas nominadas al Oscar.
El realizador debutante apela a la fuerza de sus personajes para resaltar tanto las cualidades negativas como positivas sin ahogarse en un océano de lágrimas o sentimentalismos pero exaltando siempre las emociones, el vigor y la voluntad.
Quvenzhané Wallis carga sobre sus espaldas con la enorme responsabilidad del protagonismo y lo hace con tanta prestancia y personalidad que su mundo, tanto interno como externo, se vuelve gigante como esas bestias portadoras de los malos presagios, que sin embargo la respetan en su carácter de heroína, cuando el agua parece haberse llevado todo allá en el sur de los Estados Unidos Post Katrina y pro Obama.