Una historia fascinante y macabra al mismo tiempo, de inhumanidad y de profunda entereza. Hechos históricos con sobrevivientes ilustres y una profunda indagación sobre como sobrevivir al aislamiento casi total, un castigo impuesto por los militares uruguayos a José “Pepe” Mujica (futuro presidente de Uruguay), Mauricio Rosencof (escritor y periodista) y Eleuterio Fernández Huidobro (futuro senador) Los tres militantes del movimiento Tupamaros, recibieron como castigo estar presos durante el tiempo que dice el título, con el objetivo formulado de volverlos locos, en calabozos pequeños, sin posibilidad de ver la luz, en condiciones infrahumanas, condenados al silencio y el aislamiento casi absoluto. El director Alvaro Brechner que también escribió el guión basado en “Memorias del calabozo” (de Huidobro y Rosencof) buscó y logró transmitir esas sensaciones de estos tres rehenes del sistema, constantemente trasladados, del encierro extremo con sus consecuencias psicológicas, los bordes de la locura, los estragos físicos, la desesperanza, mostrar nada menos que la angustia palpable, densa, invasiva. El mayor logro del film. Los actores demostraron un compromiso total, desde lo físico a lo psicológico: Chino Darin, Alfonso Tort y Antonio de la Torre se lucen. Un film realizado con el aporte de Uruguay, Argentina, Francia y España, con un elenco de tan variado origen que sin embargo sortea todos los peligros de diferencia de acentos, extrañamiento, artificiosidad. Nada de eso ocurre en la película de Brechner que se interna en la oscuridad de la situación sin melodramas, con los estallidos reales del humor, los recursos para sobrevivir, la alegría de un sistema de comunicación que encontraron esos tres seres para sentirse otra vez humanos. Algunos momentos no logrados o prescindibles, no afectan para nada a esta producción que hay que ver, que representa a Uruguay en los premios Oscar y Goya.