La Noche de 12 Años: La locura de mantenerse cuerdo en tiempos difíciles.
Tres rebeldes uruguayos, que enfrentaron la dictadura militar de su país, son condenados a pasar el resto de sus vidas encerrados de forma inhumana, apostando a que vayan de a poco perdiendo su humanidad.
El inicio de carrera del director Álvaro Brechner provocó un impacto inmediato. Su debut Mal Día para Pescar tomo a casi todos por sorpresa, y unos años después confirmó con Mr. Kaplan que el sentido del humor y las historias tan particularmente coloridas que lleva a la pantalla iban a mantenerse intactas hasta que él lo decida. Justamente decidió en este, su más reciente proyecto, dirigir una historia real sobre el encierro total e inhumano que durante más de una década sufrieron tres jóvenes uruguayos por parte de la dictadura militar.
Una autentica superproducción sudamericana que denota el mérito de haberse estrenado ya en el Festival Internacional de Cine de Venecia y al igual que el Festival de Cine de San Sebastián. Usualmente se le dice “lento” a un film, que más allá de su dinamismo, no le ofrece contenido de forma constante al espectador. En este caso la película sale airosa de la difícil tarea de, no solo resumir una épica de doce años en unas simples dos horas, sino que lo hace de forma simple y llevadera en todo momento.
Lo primero que hay que aclarar es que se trata de una visión completa de su director. No es usual que un director tenga la capacidad de transmitir tan claramente su visión, menos con este nivel de producción, pero justamente La Noche de 12 Años son dos horas de relato que verdaderamente da la impresión que Brechner logró plasmar por completo y con el pulso justo lo que buscaba con esta tan particular historia. Múltiples protagonistas pero una misma historia, la del pueblo uruguayo.
Alfonso Tort, el Chino Darín y Antonio de la Torre tenían la difícil tarea de pasarse la posta durante la narrativa. Darín vuelve a demostrar, en un proyecto estelar, que es más que un “hijo de“, o una cara para el pochoclo, cumpliendo con ser el corazón de la película. Mientras que de la Torre y Tort se turnan los crudos flashbacks al igual que las más duras de las penurias vividas en el encerrado aislamiento durante más de una década. Cada uno construye su propia historia, asimismo el director se asegura de que sus actuaciones, además de hacer justicia a tremendas figuras históricas, también complementen una estructura ideada, no solo para reflejar sus vivencias, sino hacerlo de la manera más intima y personal. Al mismo tiempo que trascienden lo puntual del relato para convertirse en el ideal abstracto de la lucha humana contra el autoritarismo.
En los últimos años, especialmente en este, la escena cinematográfica argentina supo gozar de proyectos de gran nivel en cuanto a lo técnico. Pero esta producción uruguaya logra igualar a las grandes del exterior en facetas que exceden a lo técnico. El pulso de Brechner se siente en todo aspecto del film, partiendo de toda las decisiones visuales, el guion, e incluso llegando al trabajo de sonido. Punto aparte para otro de los aspectos a destacar: el montaje; definitivamente la faceta definitiva para darle ritmo y forma a un relato que logra ofrecerse de forma tan cruda pero enfocada como este. El producto final verdaderamente no tiene nada que envidiarle a cualquier producción internacional moderna.
Sin dudas un triunfo para el cineasta uruguayo, La Noche de 12 Años es una superproducción en habla hispana con todas las letras, que logra trascender no solo su país sino su continente para convertirse en un relato humano con tanto valor como calidad cinematográfica. Una verdadera proeza siendo que se trata de una historia tan personal, autóctona y uruguaya. Nosotros en Argentina vamos a sentir más que familiar el viaje a tiempos tan turbios que propone la película, pero además trata temáticas que todavía logran sentirse más que vigentes en tantos países del mundo en que la lucha por los derechos humanos es una tarea de nunca acabar.