La noche de la expiación es un thriller de ciencia ficción que trabaja un concepto estúpido pero atractivo.
En el año 2022 Estados Unidos logró reducir los índices de criminalidad al implementar "La purga", un período de 12 horas, una vez al año, donde todos los delitos, ya sean asesinatos, robos o violaciones están permitidos.
La única regla es que no se pueden usar armas de destrucción masiva ni matar a funcionarios del gobierno.
La purga tiene el obejtivo que los norteamericanos puedan hacer una catarsis de sus emociones negativas.
Esta idea es un delirio absoluto que no se puede tomar en serio pero brinda un buen material para construir un thriller.
El film es una producción de Michael Bay que representa la ópera prima de James DeMonaco, quien fue guionista del clásico popular de los ´90, El negociador (Kevin Spacey) y más recientemente la remake de Masacre en el precinto 13, que también estuvo protagonizada por Ethan Hawke.
En este caso tomó el concepto bizarro de "La purga" para trabajarlo dentro del subgénero de invasion de hogares.
Este estilo que ya cuenta con una larga filmografía suele presentar conflictos donde un grupo de personajes están atrincherados en sus casas y tienen que defenderse como pueden de los psicópatas que quieren matarlos por alguna razón.
El gran clásico de esta temática por supuesto es Perros de paja (1974), de Sam Peckimpah, aunque la pionera fue De repente (1954), con Frank Sinatra, donde el cantante acechaba la casa de una familia que le permitía tener la ubicación perfecta para asesinar al presidente de los Estados Unidos.
Desde entonces se hicieron muchísimos filmes de este estilo donde podemos citar también Funny Games, Alta Tensión (Alexandre Ajá), La habitación del pánico (jodie Foster) y más recientemente Los extraños (Liv Tyler) y Caceria macabra, que por estos días está en cartel.
La noche de la expiación es un thriller decente que se deja ver pero me quedó la sensación que el director no llegó a explotar por completo el concepto de "La purga" que proponía el conflicto y el film se encaminó por un estilo de relato que ya vimos varias veces en el cine.
La idea conceptual de la esta producción daba para mucho más pero se limitaron a enfocarse únicamente en las situaciones violentas que volvieron a la trama más predecible.
De todos modos el director manejó bien la tensión de los hechos que les toca vivir a los protagonistas y la película se deja ver y llega a ser entretenida. Tampoco es tan terrible como se había anunciado en las críticas norteamericanas.
Además brinda actuaciones decentes de Ethan Hawke y Lenna Headey.
Pese a que en Estados Unidos no contó con buenas reseñas la película funcionó bien en la taquillar al recaudar más de 83 millones de dólares.
Michael Bay la produjo por 3 millones de dólares por lo que le fue bien en el aspecto comercial y por ese motivo ya se anunció la continuación.