Violencia es nuestro nombre
Imaginen que el Gobierno (en esta caso el estadounidense) avale cualquier acto de violencia durante doce horas de un día determinado del año. El castigo es abolido y se puede matar a mansalva sin pena alguna. Eso sí, se prohíbe el uso de armas de guerra y atacar a magistrados calificados. En fin.
Entre las siete de la tarde hasta la madrugada, es la “noche de purga”, donde los habitantes del país expulsan toda su violencia y odio con el prójimo sin piedad.
Parecía interesante la idea de los productores de Actividad paranormal, a quienes les gusta que el miedo se esparza dentro de una vivienda. Sólo simple apariencia.
La víctima en el filme es la familia Sandin, con papá James (Ethan Hawke) a la cabeza, quienes se recluyen en su mansión (incalculable la cantidad de ambientes que tiene), pero algo falla.
Las cadenas televisivas anuncian el comienzo de la purga con un “que tengan una noche segura”, y un complejo (pero no inexpugnable) sistema de seguridad bloquea la vivienda. La expectativa del comienzo promete un interesante perfil dramático y psicológico en base al encierro. Pero no.
Este thriller futurista (es el año 2022) se va al pasto con soluciones predecibles y cero suspenso: persecuciones a indigentes (afroamericano, no hay caucásicos pobres por lo visto), rencores y envidias entre vecinos (adinerados), traiciones (recuerden que se podía matar a cualquiera), y un largo etcétera.
Lo poco logrado del filme -donde la sucesión “oscuridad-ruido-susto”, se repite- son los villanos, un grupo de jóvenes ricos con máscaras sonrientes. En el grupo hay una rubia con un hacha u otra que le hace caritas a una cámara de seguridad mientras un machete afilado recorre su cuello en señal de degüello. Escalofriante.
Lo mejor del filme es el líder del grupo (Rhys Wakefield), quien con una diabólica sonrisa negocia y comanda la invasión en la casa. Pero allí adentro el guión se fragmenta en la familia tipo: Charlie (un hijo emo y existencialista), Zoey (la hija hot con pollerita escocesa incluida) y mamá Mary.
Algunos mensajes del filme dejarán pensando al espectador: Dallas logrando el récord en la matanza anual. “Este país me lo ha quitado todo”, expresa un ciudadano. Verdades de película.