Todos los años se estrena una decena de películas coming of age, algunas pertenecientes a grandes estudios, pero la mayoría son indies.
Muchas pasan sin pena ni gloria, pero otras de vez en cuando obtienen alguna nominación al Oscar, tales como Almost Famous (2000), Boyhood (2014), Lady Bird (2017) o Call me by your name (2017). Asimismo, otras están destinadas al ser el estandarte de una generación.
Eso es lo que sucede con Booksmart, título original de esta cinta que no tiene traducción literal pero que sería algo así como “devora libros”.
La ópera prima de Olivia Wilde conjuga todo lo grandioso de una coming of age con comedia pura y dura de una buena teen movie.
Y tal como los adolescentes americanos fueron definidos en los 90s por American Pie (1999), o en los 2000s por Superbad (2007), esta generación es deudora del presente estreno.
Wilde saca una radiografía perfecta de la generación centenial hiperconectada a través de dos chicas con un pensamiento muy maduro, y por lo tanto medio outsider. Siendo así la mirada de la directora, ya entrados en sus treintas, tratando de comprender y diseccionar a los adolescentes de hoy.
No es casual que las protagonistas sean mujeres, cuando la mayoría de los ejemplos citados son películas protagonizadas por hombres.
No solo es algo coyuntural del Hollywood de hoy, sino también un gran acierto. Estas dos chicas pueden transmitir mucho mejor -y con una mirada más crítica- como viven el día a día y sus expectativas para el futuro.
Kaitlyn Dever y Beanie Feldstein hacen un laburo excelente como dos amigas que se pasaron todo el secundario estudiando y que deciden descontrolarse una noche.
Ambas aportan mucho en sus respectivos papeles, muy dispares entre sí, pero muy queribles, aunque no puedas identificarte con todo lo que hacen o piensan.
Pese a las exageraciones, las distancias geográficas y/o de edad, hay una tremenda universalidad en el film a raíz de estos personajes. Es imposible no sentirte identificado en algún aspecto con ellas.
La noche de las nerds se me hizo adictiva, de esas películas que no querés que termine y que voy a volver a ver más de una vez.
Se convertirá en un exponente de este subgénero y también el punto de partida para Olivia Wilde como directora con un futuro promisorio.