La noche de las nerds: Fiesta, alcohol y drogas.
La noche de las nerds es una película de comedia que habla sobre dos chicas muy inteligentes y poco sociales que deciden asistir a una fiesta en el último día de secundaria previo a la universidad. Dentro de este relato de alcohol, drogas y humor, ¿hay una película que valga la pena?
Dirigida en su debut como directora por Olivia Wilde cuenta esta historia que de buenas a primeras parece jugar por los territorios comunes y clásicos. Una comedia con un humor aparentemente básico y que su único diferencial con películas como Scary Movie o Superbad es el hecho de que sus dos protagonistas sean personajes femeninos. Por suerte esta situación aunque está presente en la película, no es lo único, y hay otras cosas para analizar y poner en perspectiva.
Lo primero quizás sería esta decisión de que una historia que normalmente está protagonizada por hombres tenga en cambio protagonistas del género femenino. En el mundo que vivimos, esto podría ser algo peligroso para una comedia común, con un hipotético mensaje cargado de ideología que no iría con el estilo del film y nuevamente por suerte, no fue el caso. Esta película esquiva todas esas balas y las protagonistas no solo se mueven con total naturalidad, sino que nunca están demostrando lo específicamente feministas que son/no son. Un ejemplo de este cambio positivo a la hora de escribir estas historias es que una de las protagonistas es lesbiana y en ningún momento la narración lo muestra como algo extraño o poco común, quizás de alguna forma idealizando una realidad que no es, pero de otra forma educando adecuadamente para las futuras generaciones.
Entre otras de las balas que esquiva este film es la del humor básico y chato constante. La historia cuenta con dos arcos dramáticos para las protagonistas que tienen coherencia y son agradables de ver. Nunca se convierte en algo excesivamente dramático o molesto, sino que funciona como motor que hace avanzar el film y que da descanso a los momentos de comedia. Lamentablemente estos gags o chistes no son del todo creativos e interesantes. Su estructura es de las más básicas que existen y son cosas que ya hemos visto en otro tipo de films. Gracias a esto, la película termina apuntando a un público más adolescente de lo que uno pensaría con una propuesta tan madura, cuestión que es buena desde la perspectiva de educar y enseñar a las nuevas generaciones, pero mala desde la perspectiva de tomar casi como tonto al espectador. Sus chistes pocas veces funcionan y en una película de comedia, eso es clave.
Su ritmo está bien llevado, con una duración de una hora y 42 minutos, aunque quizás le sobren algunos de ellos gracias a situaciones poco cómicas que suceden. Esto se debe a que las mismas no cuentan con una herramienta de dónde agarrarse dramáticamente y la verosimilitud de la diégesis juega muy al límite. Quizás si se podrían destacar las actuaciones de las dos chicas protagonistas (Beanie Feldstein y Kaitlyn Dever) que logran sobrepasar estos malos momentos de guion y agregarle más verosimilitud a personajes construidos con altibajos.
En conclusión, La noche de las nerds es una película un poco graciosa, pero sobre todo, agradable. La fiesta, las drogas y el alcohol no son simples pretextos para achatar este film, el cual se agarra de dos arcos dramáticos muy interesantes para salvar lo que podría ser una historia que caiga en el olvido. No es ninguna joya y muy difícilmente sea una película recordada dentro de unos años, pero es interesante de analizar y sobre todo, se deja ver.