El original asustaba más y mejor
"La noche del demonio" era una muy buena película de terror de James Wan, quien ya había lanzado la franquicia truculenta de "El juego del miedo" y este año mostró su mejor trabajo, la muy superior "El conjuro".
Con "La noche del demonio 2", Wan muestra cómo puede arruinarse un film original por hacerlo interactuar con su secuela, totalmente innecesaria en términos narrativos pero evidentemente conveniente desde el punto de vista del negocio. Es que la primera película terminaba de manera redonda y convincente, y esta secuela que empieza a retomar las cosas desde aquel momento, sólo logra que el espectador recuerde la anterior perdiéndole el respeto.
En el original, el pequeño Dalton era perseguido por un horrible espíritu del Más Allá, ya que el niño tenía el don de poder viajar a un curioso limbo entre nuestro mundo y el de los espíritus. Pero ahora el que es perseguido es el padre, un tipo de víctima de los espíritus mucho menos frágil y por lo tanto menos interesante. Por otro lado, la presencia de flashbacks y de absurdas imágenes de ese limbo fantástico no ayudan a mejorar este segundo film que, de todos modos, presenta algunas buenas imágenes sobrenaturales y, sobre todo, los sustos que el director sabe aplicar muy bien, aunque en esta ocasión están más aislados y muchas veces rodeados del golpe de efecto de la típica película de terror sin mucha imaginación.