Hay que decirlo sin vueltas, este es el año de James Wan. El director malayo se encuentra en la cresta de la ola, luego de un puñado de films de género en su haber, dispares entre sí (entre ellos el inicio de la exitosísima saga El juego del miedo), arrancó la mitad del año consiguiendo la sorpresa de realizar uno de los films de terror más taquilleros de la historia, El conjuro, y no solo eso, sino que con el mismo se compró tanto al público como a la crítica general y especializada – tengo que reconocer a esta altura que para mi está algo sobrevalorada –.
No bastándole eso, en plena promoción de la película que viene a cuestión de esta reseña, lloviéndole las ofertas para hacer lo que quisiera en el género, anunció que no hará más películas de horror, ubicándose nuevamente en boca de todos.
Y ahora, para rematar, y quizás retirarse con gloria, logró repuntar otra de sus películas éxito de taquilla pero que dividió las aguas desde el principio, hablamos de La Noche del Demonio. En efecto, nadie (o pocos) podrán decir que este “Capítulo 2” es un mal film, ¿y cómo lo logra? Al igual que en El Conjuro (a la que le debe mucho y esta a su vez le debía mucho al primer capítulo de La Noche...) retomando el espíritu clásico.
Todo lo que estaba en Insidious vuelve a estar presente, los mismos personajes, el mismo clima, sólo que esta vez se ha pulido, y, por ejemplo, ya no existe esa inclinación hacia la autoparodia. La historia es simple, muy simple, los Lambert se mudan de casa, intentan dejar atrás los hechos previos (inmediatamente anteriores al comienzo de esta) pero nuevos sucesos los vuelven a acosar y esta vez tienen que ver con traumas del pasado, de la niñez.
El calvario vuelve a empezar y esta familia parece no tener paz entre las apariciones, las cosas que se mueven, y los propios miembros que actúan de manera extraña. Ahí aparecerán el resto, la médium muerta que los ayudará desde el más allá, los cazafantasmas (que esta vez se comportan), y la madre de Renai.
Los sustos están por todos lados, se mezcla la posesión, con los fantasmas y las casas embrujadas, y el resultado sale airoso gracias a un clima in crescendo que nunca decae ni da respiro.
Con algo más de presupuesto que la primer entrega, si aquella recordaba a Poltergeist, Amityville o House, esta recuerda a sus secuelas (sobre todo a las dos primeras) y hay guiños para los fanáticos y atentos de este tipo de películas. Patrick Wilson, Rose Byrne y Barbara Hershey (que sigue recordándonos que actuó en El Ente) estan a la altura de la circunstancia y cada uno hace suyo su rol. Hay una fotografía, una edición, y efectos sonoros que ayudarán en la creación de clima, a la idea sigilosa del asunto.
La Noche del demonio: Capítulo 2, como su antecesora, es un film menor, pequeño, que no busca sorprender ni traer un aire nuevo, pero que asusta, y en buena ley, aunque aún queden algunas cosas por limpiar. Para los adeptos, hay expectativas de continuación, habrá que ver si sigue el legado de aquellas ochentosas y retoma desde una nueva historia