Viejos fantasmas
En medio de tanta trama paranormal, tanto fantasma y tanta casa embrujada, y –más aun- en un contexto de largas discusiones sobre si el género desapareció o no, surge la segunda entrega de La noche del demonio (Insidious, 2011), que vuelve a poner sobre la mesa esta cuestión más bien subjetiva.
Las apariciones y visiones de la familia Lambert continúan, y el pequeño hijo del matrimonio sigue teniendo pesadillas luego de volver de un profundo estado de coma debido a un incidente. Todo parece tranquilo cuando el pequeño está de vuelta en casa, pero al regresar trae consigo una fuerza oscura que potencia aun más el mal.
Bajo la misma premisa que en la primera parte (“No es la casa la que está embrujada”), La noche del demonio: Capítulo 2 (Insidious: Chapter 2, 2013) viene a refrescarnos la memoria sobre la historia de este grupo familiar poseído con sólo algunos elementos novedosos en un argumento convencional.
El director malayo James Wan, responsable de El juego del miedo (Saw, 2004) y El conjuro (The Conjuring, 2013), es sin dudas un referente del cine de terror paranormal, sumado a que ya eligió a su actor fetiche, Patrick Wilson, para encarar este tipo de proyectos. El cineasta es toda una figura de un nuevo subgénero que viene pisando fuerte desde hace unos años, junto con el israelí Oren Peli, director y productor de Actividad Paranormal (Paranormal Activity, 2007).
Cuestionable o no en su modo de realización, Wan es un especialista en la temática y es evidente que no se despegará (al menos por ahora) de lo que mejor sabe hacer, aunque de una entrega a la otra se pueden ver cambios mínimos: entre otras cosas, el problema planteado en ambas películas ahora resulta ser aun más antiguo y lleva generaciones sin resolverse.
La fotografía, la banda sonora y la presentación del nombre del film nos remiten automáticamente a las marcas del cine clase B, lo que puede gratificar un poco al espectador nostálgico. Sin embargo, frente a esta lógica aparentemente “ordenada” de Wan, el recurso de algunos hechos y diálogos cómicos desentona con el resto de la película y hace que se pierda la verdadera esencia de los momentos dramáticos.
La noche del demonio: Capítulo 2 es una oda a todo lo visto en el género y con las contradicciones clásicas que se plantea una película como esta: el espectador se asusta y lo disfruta, pero al mismo tiempo se queja de que el film carece de originalidad.