Innecesaria secuela de una floja precuela
La primera "Insidous", es decir "La noche del demonio" era un excelente film de terror con un nene poseído lleno de escenas realmente aterrorizantes. Pero los siguientes films de esta franquicia no terminaban de dar en la tecla, especialmente dado que su punto débil estaba en lo narrativo por empecinarse en continuar el asunto a través de la excusa de la precuela , es decir la historia previa a los acontecimientos que el espectador había visto en la original.
En esta presunta última parte (el título original es "la última llave") la franquicia tiene a un nuevo director, Adam Robitel, que hace lo que puede con un material que viene a ser la secuela de la precuela, y tiene como protagonista a la parapsicóloga que había muerto en un film anterior, muy bien interpretada por la talentosa Lin Shaye. Aquí esta vidente sensible tiene que ir directo al corazón del conflicto sobrenatural que empezó en su propia familia. Obviamente el resultado no está a la altura de la primera "Insidous", y si bien hay un clima razonable de terror y buenos efectos especiales, no es un gran programa para los fans del género. A favor del director aunque sea se puede decir que mantuvo a la perfección la continuidad con la estética de las otras tres películas de esta franquicia que probablemente sea dada por terminada luego de esta floja entrada.