En la línea de El Conjuro, una veterana especialista en actividad paranormal que ha visto mil demonios, es convocada a una casa que no es otra que la de su infancia. Ahora tendrá que enfrentarse a un mal que toma las formas más terroríficas, trampeando la tecnología y la fe para registrarlo y destruirlo. Hay una buena cantidad de sustos en esta nueva entrega de la saga Insidious, dirigida por Adam Robitel, de esos que hacen que te tapes los ojos y pegues buenos saltos. No será terror profundo, ni es la más imaginativa de las películas de casa encantada, pero se beneficia, y mucho, con la presencia de la gran Lin Shaye, reina del género.