El cine de terror volvió a la cartelera!
No tengo problemas en afirmar que La noche del demonio es la gran película de horror de este 2011.
Bienvenido sea si la superan porque entonces tendremos un año magnífico, pero creo que no va a ser tan fácil.
El creador de Saw volvió al género con el mejor trabajo de su carrera, que en lo personal me hizo vivir una experiencia que no voy a olvidar en mucho tiempo.
Se podría decir que La noche del demonio es como Actividad Paranormal, pero bien hecha.
En este caso el director Wan no te hace perder una hora al pedo en el cine con escenas tontas e intrascendentes hasta que al final se manifiesta el peligro.
Desde el primer minuto, con esa soberbia y magistral secuencia de créditos iniciales, el cineasta te mete en el clima de la trama por completo, como si te diera la bienvenida al cine de terror después de mucho tiempo.
La película combina a la perfección las historias de casas embrujadas con posesiones demoníacas a través de una propuesta que sobresale por las atmósferas aterradoras que creó el director con su narración.
El guión no es una obra maestra, pero esta propuesta en particular no se destaca por su argumento, sino por la manera en que te cuentan el relato.
Es cierto que se hicieron miles de historias como esta en el cine, pero La noche del demonio sobresale por el ingenio con el que cautiva al espectador en el film a través de una trama clásica que logra asustarte en serio.
Lo que hizo este muchacho con un presupuesto de apenas 800 mil dólares es soberbio.
En este caso volvió a trabajar con el guionista y actor Leigh Warnell, con quien creó El juego del miedo, para ofrecer un trabajo diferente.
La noche del demonio no es una película sangrienta y ultraviolenta. El que espere ver un film descerebrado a pura violencia extrema como El juego del terror (The collector) o Escupiré sobre tu tumba, glorificados por los autodenominados “verdaderos fans del terror” tal vez salga decepcionado.
La noche del demonio se destaca por la sugestión que genera en el espectador, gracias a un excelente trabajo en la dirección, diseño de producción, un buen grupo de actores y la tremenda música de Joseph Bishara.
Es un film que está muy en sintonía con clásicos setentosos como Posesión diabólica, con Bette Davis y Olive Reed.
Con pocos recursos los realizadores de esta historia lograron hacer un film intenso que te mantiene enganchado hasta el final.
Este trabajo consolida claramente a James Wan como uno de los mejores cineastas que trabajan en Hollywood el género de terror.
Su nueva obra es una de las mejores producciones de este estilo que se hicieron en Estados Unidos en estos últimos años junto con Arrástrame al infierno, de Sam Raimi y Trick ´r Treat, de Michael Dougherty.
No hay que dejarla pasar en el cine.