Gastón Portal, se nota al ver su debut cinematográfico, es un gran devoto del género. Y en esta película nacional navideña (algo que no se ve en nuestra industria) lo que hizo fue jugar. Jugar con su tándem de artistas que lo dan todo: Natalia Oreiro, Diego Peretti, Pablo Rago, Esteban Bigliardi y la presentación de la dulzura en persona Isabella Palópoli. Jugar con los planos y contraplanos, la escenografía, los recursos constantes, el ritmo y la relantización de secuencias, la gran música. Jugar con el espectador a invitarte a ver un producto que arranca de una manera y se desarrolla sinuosamente por diferentes tónicas. Así, jugando, construye en LA NOCHE MAGICA una película que seguramente no es para cualquier espectador, es de esas cintas que son dignas de amor o de odio; pero que indudablemente marca un estilo muy particular y germina en la industria Argentina una nueva era en donde podemos romper estructuras al sentarnos en una sala de cine (protocolos mediante).
Suspenso hay, comedia también, neo-realismo por doquier, influencias al cine italiano se agradecen y un relato incómodo disfrazado de luces de navidad.
Quizás peca de no desarrollar cada sub-trama que se plantea y se toma a la ligera, por ejemplo, elecciones sexuales y relaciones interpersonales pero en un balance general, se la pasa muy bien generando preguntas que resuenan todavía una vez que se encienden las luces y el fin haya pasado.
Bigliardi construye un villano detestable desde el momento uno, Rago demuestra que sabe hacer lo que hace en sus sutilezas, Oreiro es siempre garantía de solidez y Peretti es un camaleón.
No es apta para todo público y prepárense para recibir algunos golpes que hacen mella al alma.
Se celebra sobre todo que algo tan original sea el primer estreno argentino en este esperado regreso al cine.
Y Gastón Portal abre así una puerta al género que seguramente tendrá un promisorio y venturoso camino a futuro.