Esta comedia dramática nacional se emplaza en una apacible Nochebuena. En un selecto barrio de San Isidro, todo luce con absoluta normalidad. La velada transcurre en silencio, hasta que hace su aparición un excéntrico ladrón de guante blanco. Un atraco que sale mal hará mutar a esta comedia de enredos en un ejercicio de suspenso con suficientes ingredientes de oscuridad.
La cultura norteamericana de hacer films navideños como un subgénero de culto no ha sido un camino transitado de modo prolífico por nuestro cine. Es la intención de abocarse a dicho sendero la del opera primista Gastón Portal, un realizador de destacada labor como productor de proyectos televisivos. Sin embargo, el disparador festivo no implica que estamos a punto de ver una propuesta que se caracterice por ser naif.
“La Noche Mágica” mixtura géneros sin encontrar jamás el tono. Explota el grotesco pero termina luciendo absurda y previsible. No persigue un tono precisamente liviano; por el contrario, prefiere un matiz siniestro que coloque al espectador en una zona poco confortable. Los resultados son escasos, contando con un subtexto en completo pueril. Portal fracasa rotundamente y su propuesta estética es insuficiente. Diego Peretti y Natalia Oreiro son dos de los mejores intérpretes de nuestro medio, pero lucen desangelados. Sin una mínima justificación, Papá Noel no dejó regalos esta vez. Ingrato de su parte.