Dentro de la nutrida cartelera porteña de esta semana, hay un título local del que no se ha hablado mucho, pero ofrece el protagónico de uno de los mejores actores nacionales de la actualidad (Juan Palomino): "La noche más fría". Opera prima de Cristian Tapia Marchiori (un nuevo valor surgido de Pergamino), se presenta como un drama social, que refleja la difícil vida de los linyeras y excluídos, en su dura rutina por sobrevivir. "La noche más fría" es la historia de Carlos (Palomino), un hombre que se fue del "sistema", y no puede volver.
Habiendo perdido su familia, su única razón para vivir es reecontrarse con su hijo, a quien no ve hace mucho tiempo. Su actividad central es estar disponible para hacer cualquier trabajo que lo oportunidad le ofrezca. Tiene un pequeño grupo de conocidos que lo ayudan a sobrevivir, pero lo cierto es que la vida en las calles es muy dura.
Carlos pasará por un doloroso vía crucis y experimentará los dos caras de la sociedad frente a su condición: por un lado habrá manos amigas y cuidados de extraños y conocidos, y por otros recibirá agresiones y ataques de otros sectores de la comunidad.
Lo cierto es que Tapia Marchiori se propone contar una historia bastante esquemática, incómoda y lineal. Es la etapa de quiebre de un hombre bueno, que por circunstancias de la vida es expuesto a un derrotero de abandono y miseria.
Palomino hace un trabajo sólido, habitual en su repertorio, pero se lo siente bastante solo ya que los secundarios lucen estereotipados en sus roles. La historia tiene una ambientación no tan cruda como podría pensarse (estaría instalada en el Conurbano bonaerense pero fue rodada en Pergamino), y eso quizás le quita un poco de realismo a la situación de calle que vive el personaje principal.
Dentro de las locaciones, pensaba que si los costos no fueran un problema, el Gran Buenos Aires tiene lugares más ásperos donde los escenarios de exclusión tienen toda la presencia visual necesaria para servir de valor agregado al guión.
Creo que "La noche más fría" es una cinta que invita a tomar contacto con una realidad que es incómoda de ver, pero existe y está instalada en nuestra sociedad. El valor de ese recorte es quizás el mayor argumento positivo (junto con la actuación de Palomino) para darle una oportunidad a este primer largo de Tapia Marchiori.