No es un spoiler indicar que esta segunda película de Moroco Colman tras la notable Fin de semana reconstruye la historia real de Marcelo Mario Sajen, más conocido como "el violador serial" de la ciudad de Córdoba. De hecho, una placa inicial indica que durante casi dos décadas (entre 1985 y 2004), Sajen abusó de 93 mujeres, aunque más allá de esos casos denunciados y comprobados, sus víctimas podrían multiplicarse por dos y hasta por tres.
El principal problema de La noche más larga es que en poco más de 60 minutos netos (sin contar los créditos finales) intenta exponer el modus operandi del protagonista (Daniel Aráoz), su doble vida familiar, la cobertura periodística del caso, las reacciones íntimas de las víctimas y la fuerte reacción popular que puso en jaque al gobierno provincial que por entonces ejercía José Manuel de la Sota.
Este híbrido entre el documental, el thriller, el terror sádico y la exploración de la mente de un psicópata perverso (en la línea de Henry, retrato de un asesino , de John McNaughton) no alcanza a profundizar demasiado en ninguna de las aristas de un personaje tenebroso y le cuesta -más allá de sus hallazgos en materia visual- encontrar su eje y su rumbo.
Es interesante la apuesta por reivindicar la sororidad en tiempos en que los políticos parecían estar ajenos a los reclamos del movimiento de mujeres, así como la conexión final con las marchas del Ni Una Menos, pero en el terreno puro de la ficción La noche más larga resulta demasiado esquemática, derivativa y superficial.