Moderna propaganda bélica bien filmada
Filmada muy poco tiempo después de un suceso histórico como la operación de la CIA para matar a Bin Laden, ésta no podía ser otra cosa que una película de propaganda. Si se dejara pasar unos años, el cambio de administración y otro tipo de detalles, esta historia podría dar lugar a un film realmente atrapante y revelador, pero claramente no es el caso de esta realización de la talentosa Kathryn Bigelow, quien aquí filma con un estilo frío y minimalista que casi se opone al de sus mejores peliculas, empezando por el antológico film de cowboys vampiros Cuando cae la oscuridad (Near Dark) o el salvaje policial Punto límite.
En La noche mas oscura, el espectador debe asistir a largas sesiones de tortura mostradas como recurso principal de las pesquisas de la CIA, para dar con el invisible Osama Bin Laden. A los prisioneros árabes los asfixian con toallas empapadas con agua y hasta les colocan correas de perro y los pasean en cuatro patas, y además dejan claro que ninguno de ellos saldrá vivo de los puntos negros de la CIA ubicados en distintos lugares del mundo donde transcurren estas sesiones. El film muestra que estas prácticas se detienen con la llegada al poder de Obama, pero que de todos modos siguen siendo invocadas por los agentes de la CIA como principal punto de partida para la investigación del paradero de Bin Laden, sobre todo por la protagonista, la frenética agente que interpreta Jessica Chastain y que juega un rol esencial en el carácter propagandístico de este film. Ella asiste a las torturas y luego manda cándidos mensajes de texto a su otra amiga de la CIA, como si fueran dos chicas que se dedican a ir al shopping y a tomar el té, y cuando sus amigos mueren en un atentado se promete matar a todos los involucrados en esas muertes empezando por Bin Laden. Es ella contra el mundo, dice uno de sus colegas a lo largo de las excesivas casi tres horas de película, y al darle tal protagonismo a este poco verosímil personaje, la directora nos muestra que la operación para matar a Bin Laden surgió del esfuerzo de una auténtica patriota y no de un plan fría y cerebral del Gobierno.
Una película tan larga y que brinda tal lujo de detalles sobre aspectos no demasiado interesantes del tema debería haberse jugado por echar más luz sobre el misterioso tratamiento que se le dio al cadáver del peligroso terrorista, y justamente ahí es donde Bigelow no sólo no se juega en absoluto -no hay ningún tipo de epílogo en esa dirección- sino que engaña sutilmente al espectador al dejar como toda prueba de la concreción de la muerte de Bin Laden a su heroína, que es la encargada de confrimar su identidad al mirar el cuerpo. Es decir, algo asi como, si la heroína nos dice que realmente era Bin Laden, tiene que ser cierto.
Todos los detalles y rubros del film son terriblemente sobrios para dar la sensación de realismo, con la excepción de la histriónica Chastain. Entre los actores se destacan también Mark Strong y James Gandolfini, aunque el concepto atenta para que nada ni nadie se pueda lucir. El film es interesante -a pesar de que pueda resultar también indignante- y sin duda esta muy bien filmado, pero salvo en la hora final casi no genera suspenso, dado que cada climax está absolutamente preanunciado para que genere algún tipo de resorte vengativo en sus personajes (y eventualment también en el espectador). Todo ello lógico en un producto que no es un thriller, sino la versión moderna de la larga tradición de los films de propaganda bélica de Hollywood.