Después de ganar el Oscar por retratar con precisión la vida de desarmadores de bombas en Irak con Vivir al límite, Kathryn Bigelow narra la persecución de una década de una agente de la CIA a Osama Bin Laden. Pero si todos los films de la creadora de Punto Límite giran alrededor de un obsesivo que encuentra libertad en su vicio, aquí el peso “periodístico” del guión arruina la concentración dramática. La última media hora es brillante. Y criticar las esencas de tortura, idiota.