Anexo de la crítica
Cualquier serie televisiva como 24 o Homeland han abordado esta temática sin ninguna profundidad y abonado a la idea de que bajo tortura se logran resultados positivos; despojadas de un enfoque moral o ético, dado que en el contexto de la guerra parece que todo fin justificara los medios por lo que mostrar de cierta manera que en diferentes puntos no revelados geográficamente agentes de la CIA entrenados torturan prisioneros con las peores técnicas no es novedoso ni tampoco transgresor, aunque este no sea el eje central de esta película.
Cuánto de cierto o no hay en esta película de la ex esposa de James Cameron en materia de datos comprobables, eso será un verdadero misterio como la propia muerte del terrorista más buscado en la última década, pero va más allá de los méritos que pueda o no tener el film y de las consideraciones políticas que puedan esgrimirse, dado que tanto la presidencia de Bush hijo como la de Barack Obama aparecen mencionadas en un espacio mínimo en esta historia sin diferenciarse en cuanto a la política. También es inexistente o casi nula alguna autocrítica sobre procederes de la propia CIA en relación a su plan y sus métodos para reunir información así como resulta casi ofensivo para otros países también involucrados en la cruzada contra el terrorismo un ninguneo por parte de la realizadora y los productores al volver a elevar al rango de Policía del mundo a Los Estados Unidos, hecho que ya forma parte de la ficción y del pasado histórico de esa nación en el nuevo escenario geopolítico.