No soy yo, es mi otro yo
El recurso de hacer que un actor haga de sí mismo puede dar buenos resultados, y aunque haya sido utilizado desde tiempos inmemoriales, siempre vuelve a lucir original. En esta comedia española, el que se personifica a sí mismo es nuestro compatriota Diego Peretti, que llega a España para tener una primera reunión con el guionista y la productora de un policial, pero se encuentra con una situación irreal que involucra una mezcla de ex maridos y esposas cuyos conflictos, inclusive llegan a provocar un muerto durante la cena.
"La noche que mi madre mató a mi padre" empieza bien, con ritmo y gags eficaces, y una vez que Peretti entra en escena nunca termina de agotar los chistes autorreferenciales. El actor se luce y el argumento explota bien su dualidad de intérprete y médico psquiatra. También sobresale Belén Rueda, como la actriz esposa del guionista que quiere a toda costa un papel en el film a producir. Sin embargo, promediando la proyección, el ingenio empieza a agotarse y los chistes se vuelven un poco previsibles. La película daba para más. La banda sonora jazzística es excelente.